Ana Torrez

Cuesta abajo no encontrare la salida para estar seguro de mí, sería retroceder un paso en el tiempo sin avanzar en este mundo. Vivo en una sociedad donde los programas de televisión dañan nuestras mente con imágenes de cuerpos perfectos, modelos que sufren anorexia por miedo a engordar y familias en busca de comida para sobrevivir un día más; “lo que a unos le falta a otros le sobra" concursos de belleza que crean el estereotipo adecuado de ¿Qué es ser mujer? Pero eso es una pregunta tirada al aire que no saben ellos responder.
Páginas de redes sociales en busca de like por una foto, como si eso fuera aumentar su autoestima. Clínicas llenas de cirujanos tratando de modificar nuestra apariencia sin pensar más allá de las consecuencias que nos pueden traer.
¡Dile basta! Basta a todo aquello que dañe nuestra mente y no me refiero solo a las mujeres, incluso hago un llamado a los hombres. El objetivo que tienen todas las empresas es generar inseguridad para así vender sus productos, porque si nos aceptáramos a uno mismo no venderían nada.
Se habrán dado cuenta que hasta dudamos de nuestras celulitis y estrías, sin ver más allá que es muestras de la señal de vida que llevamos marcada en nuestro cuerpo, años de lucha por llegar a ser lo que hoy en día somos.
Rostros opacados por kilos de maquillaje, ocultando todas esas pequeñas expresiones llamadas arrugadas que avanzan con nosotros, colores de piel y hasta nuestras lenguas son las que nos hacen diferente a cada una.
Todos tenemos temores y los hombres también los tienen, les han hecho creer que ellos no deben llorar, pero es natural hacerlo, como es natural sonreír, ante sus ojos les muestran artistas perfectos si se podrían llamar así, con cuerpos llenos de músculos pero algunos hasta sin cerebro.
Comienza por aceptarte, párate junto al espejo cada mañana o cada vez que dudes de ti, mírate de pies a cabeza y lánzale una sonrisa porque eres tú contra el mundo, recuerda que eres grande y que nadie puede opacar la luz que llevas dentro. No es un camino fácil recuerda, existe gente que nos quiere dañar, pero dile, yo me quiero así como soy.

Me ha tocado ver y escuchar a personas que no consideran a Tabasco como un lugar turístico, pero déjenme aclarar del lugar que vengo yo.
Como todo Estado tiene sus sitios turísticos, cuenta con un Pueblo Mágico y si te adentras un poco más podrás encontrar sus aguas sulfurosas color azul turquesa ubicada a unos cuantos kilómetros del municipio de Tacotalpa, es importante destacar su santuario de girasoles en Balancán el cual abre sus puertas al público una vez al año, sin olvidar las grutas de Teapa que se encuentran dentro de un cerro y su bello Paraíso el cual es una zona lacustre, mientras en Centla están sus pantanos que los distinguen entre los demás municipios, sus ricas butifarras en Jalpa de Méndez, su queso de hebra en Tenosique y no te puedes perder su auténtico “Pozol con cacao” acompañado de un dulce de leche, sus ruinas en Comalcalco, entre muchas cosas que distinguen a cada bello municipio.
Permítanme ahora hablar de su cabecera municipal “El Centro” lugar que reúne a sus municipios en una fiesta del Estado, en donde coronan a una bella mujer, se ve la algarabía celebrando y bailando en su desfile de carros alegóricos, donde sus artesanos se lucen para ser el mejor, la fiesta que todo tabasqueño espera durante un año, para escuchar en una noche aquellas palabras “Tabasco tiene flor”.
Soy orgullosamente Choca, aunque no hable Chol admiro a todas esas personas que guardan aun nuestra cultura.
Antes de hablar sobre mi Estado, les invito a conocerlo, son diecisiete municipios que lo integran, dividido en dos regiones, la de Rio Grijalva donde se encuentra la subregión de la “Chontalpa, Centro y Sierra” por otra parte la región de Rio Usumacinta con una subregión de “Ríos y Pantanos” tú decides cual visitar.
“Porque Tabasco es un Edén”

Te marchaste un mes después de habernos jurado amor ante altar, pero se te olvido llevarte todo aquello que me recordaba a ti, tengo tantas ganas de huir, pero otras más de quedarme por si vuelves, retrocedo la hora minutos antes de que inicie un nuevo día, afuera todo es normal, pero aquí dentro sigue siendo 28 de Abril el día en que te vi partir. Revivo nuestros momentos viendo tus fotos, los viernes ya no son los mismos desde que tú no estás junto a mí. Tú partida me ha dolido más que todo aquel daño que me han causado.
Tengo tatuado tus besos hasta mis huesos, frecuento los sitios a los que te gustaba ir por si te encuentro alguna vez por ahí, la melancolía invade mi calma y por las noches ya no logro dormir, quiero volverte a sentir una vez más para así despedirme por completo de ti y todo lo que me hiciste sentir.
Nunca he sido tan bueno en esto del amor, mi corazón sigue pensando en que volverás, pero me toca aceptar que ya no estás aquí, se lo dejo al tiempo que haga su voluntad y si te encuentro en el recuerdo, que me haga fuerte para ya no recordar.

El espejo puede llegar a ser uno de los temores con el que tenemos que aprender a liderar día con día, puesto que nos pasamos la mayor parte del tiempo observándonos y le restamos minutos a los momentos que nos hace verdaderamente feliz.
Buscamos imperfección en vez de una propia aceptación, pero sin darnos cuenta que lo que causa el reflejo del espejo es un miedo al ¿Qué dirán? ¿Miedo a si esa ropa me queda? ¿Si me maquille mucho o no lo hice? Son tontos los factores con los que tenemos que aprender a vivir en esta sociedad que en ocasiones no pensamos en nosotros mismo. Pero ¿Qué tiene de malo ser tú? Resulta que nada, aunque sea duro para algunos es mejor apartarse de todo aquello que hace daño.
La aceptación es un camino difícil, porque si fuera fácil el mundo sería diferente. Comienza por enfócate en ti y sobre todo volverte tú prioridad, puede que te llamen egocéntrico al principio por no aceptar las críticas de otro hacia tú persona, pero al final veras que todo valdrá la pena.
Puedes levantarte cada mañana y darte un cumplido, escribir una notita y sonreír cada vez que la veas, las pequeñas cosas son las que hacen grandes obras.